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Black Mirror-El Momento Waldo

Donald Trump es un personaje a medio camino entre la ficción y la realidad. La segunda temporada de Black Mirror termina con El Momento Waldo (The Waldo Moment). El episodio relata la vida de un comediante frustrado, que da voz a un personaje de ficción llamado Waldo. Es un muñeco que, como Trump, presume de decir lo que todos callan sobre los políticos. Les insulta, cuestiona y menosprecia sus palabras. Los aplausos le permiten salir siempre victorioso. De forma que el productor y dueño de Waldo propone que el muñeco (un oso azul) se presente a las elecciones. Y así lo hace... con resultados desastrosos. Para el actor, no para el futuro político de Waldo.

El oso azul se convierte en una franquicia global... Y aquí nos quedamos por aquello de los spoilers. ¿Recuerdan el apoyo de Trump a Jean Marie LePen cuando las elecciones presidenciales en Francia se celebraron tras las norteamericanas? Como en otros episodios, la serie británica aborda miedos futuros que ya sentimos. Lo sorprendente es el modo de materializarlos en un futuro muy bizarro, pero que intuimos en el presente. O cuando pensamos en lo que realmente estamos haciendo con la tecnología y nuestro voto.

Tomándose a Waldo en serio se pueden hacer reflexiones muy potentes sobre los riesgos de la antipolítica. O por qué el populismo conlleva riesgos de enfrentamiento social y no siempre rebaja el poder de las élites. Resulta esclarecedor comparar lo que dicen el actor que encarna Waldo y la chica con la que, primero, se enrolla y, después, compite en las elecciones. O preguntarse si el agente de “la compañía norteamericana” que visita al productor de Waldo habría trabajado en la campaña de Trump.